Imposible

En el suplemento Radar de Página|12 del domingo 8 de mayo apareció la reseña del nuevo disco de Liliana Herrero llamado Imposible. Suelo leer el diario mientras tomo mate y si hay un disco que resulta interesante lo escucho en ese momento. Fue lo que hice y el sonido de la primera canción me gustó mucho. El folklore argentino es algo que no conozco más que sus grande éxitos, y en general por los autores/cantantes que fueron de izquierda.

Lo que más me llamó la atención de la nota fue la referencia a Juan Carlos Franco Páez, el autor de la canción que da título al disco, pero que además de su autoría de folklore había sido el abogado militar designado para defender a Severino Di Giovanni.

En mi adolescencia había encontrado en casa los libros de Osvaldo Bayer sobre la Patagonia trágica (cuatro tomos) y uno más pequeño sobre los Anarquistas expropiadores. Di Giovanni ocupaba en ese libro un capítulo especial. Más tarde me enteré que mi abuelo Helios era anarquista, se había venido de Paraguay siguiendo a su hermano mayor, también anarquista.

La historia de Di Giovanni la había seguido posteriormente con otro libro de Bayer dedicado completamente a él. Pero no recordaba la historia de su abogado militar. Hice una rápida búsqueda por Internet y encontré varios artículos sobre su obra musical (Imposible se llamaba una pieza instrumental, la cantada por Liliana Herrero parece llamarse Vidala del imposible). Llegó a formar un dúo con Atahualpa Yupanqui cuando este llegó por primera vez a Buenos Aires (aún no usaba su seudónimo). Y también algunas referencias a su obra cumbre como abogado defensor.

Severino Di Giovanni era búscado por varios asaltos y atentados. Después del primer golpe de Estado en la Argentina, el dictador Uriburu devolvió la pena de muerte y buscó especialmente a los anarquistas. Severino Di Giovanni fue detenido un día sábado y ejecutado el martes siguiente. Se resistió, escapando por la ciudad de Buenos Aires, en los enfrentamientos murió una niña. Fue apresado junto a su compañero Scarfó.

Como se puede ver por el poco tiempo que pasó entre su detención y su fusilamiento, la decisión de su ejecución estaba tomada de antemano. Se le designó a Franco Paez como defensor, sin imaginarse que el militar, después de una entrevista con Di Giovanni iba a defenderlo realmente, pidiendo que sea juzgado por la Justicia común y no la militar, desmostrando que la niña había muerto por las balas policiales y pidiendo que sea eximido de la pena de muerte.

Después del juicio, Franco Páez no la tuvo fácil. Su defensa del anarquista fue tomada como rebeldía al cuerpo, fue echado del ejército y tuvo que refugiarse en Paraguay. Con la caída de Uriburu pudo volver al ejército, pero fue enviado a juridicciones menos importantes y finalmente murió envenenado en una cena de camadería de sus compañeros del ejército a los 35 años.

Enlaces