Margarita

Hay una sección de la revista La mujer de mi vida que siempre me gustó, y se llama de la misma forma que esta entrada. La idea es simple, una persona dice qué le gusta muchísimo, qué le gusta mucho, qué poco y qué nada de la vida. Así se leen recomendaciones de libros, series o ideas sobre lo que hay que evitar para que nuestro mundo sea más placentero.

Y tanto me gustó la idea que aprovecharé para tomarla prestada, y hacer mi propia versión de las margaritas.

Me gusta muchísimo

O debería decir que me gustó muchísimo, el recital de Nine Inch Nails en Argentina, el 2 de octubre pasado. Si alguien lee este blog sabrá que es una de las bandas musicales de las que soy fanático. Un fanatismo que empezó casi de casualidad, cuando buscando un regalo original para un amigo, compré «The Downward Spiral» porque Adrián Belew, guitarrista de King Crimson, grupo que en esa época mi amigo y yo escuchábamos fervientemente, decía que era una de las pocas bandas que seguía experimentando musicalmente. No fue un amor a primera escucha, pero con el tiempo me hice incondicional. Lejos de relegar al público de sudamérica, NIN trajo todos los efectos que usa en su gira por el resto del mundo y nos brindó un exquisito show de algo más de dos horas. Si en algún momento aparece un DVD de esta gira, lo recomiendo fervientemente.

Me gusta mucho

Ya no me acuerdo por qué empecé a ver True Blood, una serie recientemente estrenada en HBO en EE.UU y, por lo tanto, en Internet. Basada en una serie de novelas de vampiros, la idea es increíblemente simple: los japoneses desarrollan un producto sintético similar a la sangre, lo que permite que los vampiros puedan mostrarse al mundo, al no necesitar alimentarse de humanos. En esta primera temporada, la acción transcurre en un pequeño pueblito del sur de EE.UU a la que vuelve uno de los primeros colonos, convertido en vampiro inmortal. Más allá del recurso fácil de ir desmitificando los vampiros y hacerlos pasar por cada una de las leyendas sobre lo que les hace bien o mal, se encarga de introducir otras temáticas más interesantes, como las drogas alucinógenas, el odio al extraño y el alcoholismo, muy bien tratado.

Me gusta poco

Siguiendo con las series, la tercera temporada de Heroes, bajo el subtítulo de «Villanos» empeora aún el nivel de la anterior. Los actores, salvo raras excepciones, son malos. El guión se cansa de contradecirse aprovechando que es una serie, y que los únicos que pueden darse cuenta son los mismos fanáticos que se desvivirán por encontrarle la vuelta. Y si la idea de personas que de golpe descubren que son superpoderosas y no saben cómo manejarlo es interesante (aunque no original), la idea sola alcanza la primera temporada. Los efectos especiales son peores que los que lograban Jack Black y Mos Def en sus suecadas en «Be kind, rewind» (si no la vieron, veanlá). [¿Por qué será que ahora está bien visto seguir series yanquis]

No me gusta nada

Cuando se habla del «Campo» como si fuera lo único que ha salvado a un país como el nuestro. Como si el «Campo» fuera un ente solidario que se desvivió por el resto de la población argentina. Como si todo el «Campo» fueran los que trabajan la tierra de sol a sol. Cuando el «Campo» son los que desde siempre se aprovecharon de haber recibido la tierra de parte de los militares, y que nunca se cansaron de buscar el mejor negocio, principalmente cuando ese negocio era para ellos solos y no para el resto. La imagen que cierra este post está bajada del sitio de Encuentro Federal. Qué mejor que ellos para dejar en claro el mensaje.

[caption id=“attachment_114” align=“alignleft” width=“160” caption=“Ricos y pobres”]Ricos y pobres[/caption]