micro cuento 2

La casa había estado cerrada por mucho tiempo. La había visto abandonada desde que era chico. Por fin tenía la llave que abriría el candado, permitiéndole entrar. Se trabó al principio, giró en falso un par de veces, pero por fin se escuchó el clic. Las cadenas cayeron, casi disolviéndose, mientras crujían los goznes. La oscuridad era casi total, pero al acostumbrarse sus ojos, en el techo se veían destellos claros, como esas estrellas fluorescentes que lo ayudaban a dormir por las noches. Se aseguró de dejar la puerta semi abierta, un escape en caso de emergencia, y caminó lentamente. Miró hacia la puerta, que parecía mucho más lejos de lo que debería estar. Al fondo vio una escalera que bajaba. Se obligó a usarla, despacio, los escalones temblaban, casi ya no alcanzaba la luz. Llegó al final, y a los dos pasos chocó con algo, semi blando. Le pareció que se había movido. Escuchó ruidos de telas rozándose. De pronto una luz lo encegueció. Sus ojo se adaptaron rápido, quizás por el miedo. Estaba a los pies de un gigante, más precisamente debajo del pie de un gigante.

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Cerradura-Estrellas-Gigante