Vancouver 0.1

Después de 19 horas de viaje (ideales para olvidarme de la derrota de la selección que viví en Ezeiza, muy nervioso como para divertirme de los personajes que me rodeaban) llegué a Vancouver el domingo a las 9 de la mañana. Como recordaba, llegar del aeropuerto al centro de la ciudad es muy fácil, un tren llamado SkyTrain que empieza por el cielo y termina en los subterraneos.

El check-in en el hostel era a las 14, así que dejé la mochila grande y salí a recorrer los lugares cercanos. Casi lo primero que encontré fue una iglesia de la cientología, que todavía no visité, pero casi seguramente lo haga antes de irme.

.[caption id=“attachment_560” align=“aligncenter” width=“300” caption=“Iglesia de la Cientología en Vancouver”]Iglesia de la Cientología en Vancouver[/caption]

La ciudad es muy linda y no deja de ser raro que lo insulten por no cruzar la calle antes que los autos. Ya me pasó dos veces que me miran diciéndome «cruzá de una vez gil» mientras los autos se encolumnan hasta el infinito y yo sigo esperando que dejen de pasar. Es una ciudad, a simple vista, que debe ser muy disfrutable para vivir. Ayer visite con Eugenia (una de los argentinos también invitada por Mozilla) el Stanley Park y hoy estuve en la isla Granville, y los dos son sitios en medio de la ciudad muy disfrutables.

Mi busqueda del kobo (lector de libros electrónicos) que tan fácil parecia por Internet, se complicó porque acá también conocen la de decir que tienen algo y publicitarlo, pero después no lo encontrás en ningún lado.

Es una ciudad dominada por los asiáticos, que llenan los espacios publicos y lideran el rubro gastronómico, con restaurantes de todas las cocinas de aquellos países.

En las afueras de la isla de Granville están las concesionarias de los autos deportivos de lujo. Entre tantos encontré esta Ferrari a escasos 160 mil dólares más impuestos.

[caption id=“attachment_561” align=“aligncenter” width=“168” caption=“Una Ferrari que estaba por ser vendida”]Una Ferrari que estaba por ser vendida[/caption]

Mañana ya será el primer día del Summit, aunque no con charlas, si no la recepción, bienvenida y comienzo de la fiesta que es encontrar nuevamente en persona a gente tan interesante.