Comunidad y usuarios
En el Firefox+ summit tuvimos un encuentro en el que se discutió la identidad de Mozilla (imagen que había sido presentada por Mitchell Baker en la sesión inaugural). Uno de los puntos que tocamos en esa charla era cuál es el límite de la «Comunidad» de Mozilla. En una entrada previa al summit, Mitchell había descrito a Mozilla como una serie de círculos concéntricos, que iban desde el núcleo de gente que había empezado con el proyecto hacía diez años hasta los usuarios que sólo lo usaban sin saber la filosofía que estaba por detrás. Es decir quienes lo usaban sólo porque era el programa que más les servía para navegar por la Web.
Al ser un proyecto de software libre en el que cualquiera puede participar, el rol del usuario cambia al de comunitario (si me permiten esta expresión los europeos 😉. Si Firefox no funcionara nadie lo usaría, pero muchos lo seguirán usando aunque haya mejores funcionalidades en otros navegadores que no compartan la filosofía del trabajo abierto. No todos los usuarios se transforman en comunitarios, es cierto. Pero ese número de comunitarios ha aumentado y lo seguirá haciendo. Y una vez convertidos, la fidelidad es mayor. ¿Qué empresa no quisiera tener esa fidelidad? Es lo que todas pretenden, pero en este caso sólo es posible porque Mozilla no lo busca, si no que genera la posibilidad de su existencia por su apertura y porque su objetivo no es hacer dinero, sino «crear una Internet donde todos podamos participar, tengamos la posibilidad de crear, donde todos podamos ganarnos el respeto y la posibilidad de tomar decisiones».
Y aún siendo un proyecto de software abierto, los primeros pasos de Google Chrome tuvieron las características de un proyecto cerrado: hasta que no estuvo «terminado» no se supo nada de él. Seguramente esto será imposible a partir de que el código esté disponible para el público, pero no deja de ser diametralmente opuesto a la forma de trabajo de Mozilla, que muestra sus proyectos casi desde la primera versión, para que puedan discutirse y mejorarse, experimentando con nuevas formas de trabajo colaborativo. La semana pasada se presentó en sociedad Ubiquity, un proyecto de Mozilla para que se pueda utilizar el lenguaje natural para ciertas acciones del navegador. En una sola semana, el resultado de abrir el código a la comunidad fue increible.
Ojalá de ahora en más el movimiento de Google sea el de construir una comunidad de desarrollo abierta, en el que se permita la participación, donde la innovación no llegue en secreto. Ojalá sirva para que los navegadores y las aplicaciones web sigan evolucionando. Por ahora, lanzar una versión solo para windows (cuando el motor de renderizado webkit es multiplataforma) me parece triste. Yo, al menos, no podré usarlo en el día a día. Fuera de eso, en las pruebas que hice me ha resultado un navegador interesante.
Una explicación en español más concreta sobre la respuesta oficial de Mozilla ante la salida de Google Chrome puede encontrarse en mozilla hispano y en el blog de nukeador.